El tiempo es relativo y las experiencias lo que recuerdas
Siempre he dicho que si pudiera escoger ser director de marketing de una empresa en un momento dado de la historia elegiría los 70 de los hippies, no por tener nada a favor ni en contra sino por lo que el cúmulo de factores arrojaba; millones de personas que acordaron para ejemplarizar unos ideales y una manera de entender la vida cómo se vestir, calzar, peinarse, qué música escuchar, a que eventos acudir… Si estudiabas bien el “target” tenías muchos números de lanzar un producto que pudiera gustar y se pudiera permitir esa masa, y si lo lograbas… ¡Bingo! Ya no por un tema de resultados (que también) sino por la sencillez del estudio de mercado y la facilidad de probar si funcionaba sin asumir riesgos muy elevados.
Hoy todo es más complicado (¡y apasionante!), no salen bien ni las encuestas a pie de urna porque la gente miente, sabemos que formamos de alguna manera parte de grupúsculos sociales, ya que tendemos a unirnos y convivir con aquellos que se asemejan a nosotros, pero guardamos y protegemos nuestra individualidad y nuestra autenticidad como oro en paño y la defendemos con uñas y dientes. Salir a la calle hoy y preguntar a alguien “¿A que tribu urbana crees que perteneces? Es poco menos que una sandez y hace tan solo 30 años no lo era.
En el mundo de las estancias de lujo pasa exactamente lo mismo, las generaciones pasan y con ellas cambia la tendencia de consumo, lo que para unos era imprescindible para los siguientes suele ser caduco y es muy difícil clasificar y sentar tendencias colectivas. Pero poder se puede.
Para hacer una clasificación y entender las tendencias generacionales, ya que inevitablemente tendemos a ello para intentar ordenar el kaos, hemos distinguido y vivimos ahora el traspaso de testigo de los boomers o baby-boomers a los milenial. Los milenial podríamos clasificarles como aquellos que han nacido posteriormente al año 80, si has nacido antes no te sientas ofendido y repítete el mantra de que la edad es un tema de actitud, si lo haces 10 veces “chip chap curado” (existe una frase más boomer que está?)
Todd Wynne-Parry, director de Horwath Hotel
Este cambio no ha sido baladí y observamos desde las marcas y nos esmeramos para adaptarnos a una realidad que hace poco no imaginábamos que las tendencias han dado un vuelco significativo, pasando del “tener” al vivir”. Lo describe perfectamente el columnista Todd Wynne-Parry director de Horwath Hotel una de las consultoras más prestigiosas de hoteles, turismo y ocio en la revista digital Hotelmanagement.net: “La importancia de la experiencia por encima de las cosas materiales sigue impulsando a las marcas de lujo.” Eso es lo que, tanto a marcas orientadas al gran público como a marcas proveedoras de otras marcas, ha obligado a dar un giro que pasa por empatizar con una generación que entiende que una vez desapareces seguro que no te llevas lo que has comprado y ahorrado y, en cambio, lo vivido no te lo quita nadie. Estaremos más o menos de acuerdo, pero quien acaba marcando las normas suele ser el que paga.
Eso es lo que nos obsesiona y creemos que nos debe obsesionar, porque en Skybubbles sabemos que nuestros clientes quieren proporcionar una experiencia única a sus huéspedes y eso en gran parte es una responsabilidad que recae en nosotros, ya que son nuestros clientes quienes nos eligen para proporcionar una experiencia única a través de nuestras estancias a quienes les elijen a ellos. Y eso pasa por empatizar y entender no solo lo que busca nuestro cliente a la hora de elegirnos sino también lo que busca el cliente de nuestro cliente porque nuestra misión al final es ponérselo lo más fácil posible.
Empatizar significa estudiar, entender y sobre todo sentir como lo hace el otro y nuestros estudios indican que hemos pasado de un perfil de huésped que hasta hoy ha valorado y entendido el lujo de una forma concreta a otro perfil que entiende ese concepto de forma distinta. Ojo no diametralmente distinta pero sí distinta… Y esto va de adaptarse o morir. Haciendo mención al mismo artículo antes señalado, Todd Wynne-Parry afirma “El concepto de lujo para las generaciones mayores se centró en lujosos niveles de servicio, restaurantes exclusivos que sirven alta cocina y música relajante en los ascensores. Por el contrario, los millennials dan mayor importancia a un estilo de servicio accesible, áreas públicas inclusivas para ver y ser visto y cafeterías artesanales con mesas recogidas y compartidas”. Es decir, el lujo como concepto reside en la mente del que lo experimenta y obviamente, generación tras generación muta.
Para ello en Skybubbles venimos trabajando concienzudamente en el concepto “experiencia única” buscando que nuestras estancias complementen una vivencia que el huésped solo pueda experimentar al escoger a uno de nuestros clientes siendo conscientes de que tenemos la obligación de formar parte de ello. No lo vivimos como una losa sino como un reto.
Esta en nuestro ADN; naturaleza, confort e innovación. Si no innovamos no nos distinguiremos de los muchos que apuestan “solo” por las dos primeras, y para ello nos estamos instalados en una mentalidad de mejora continua preguntándonos y repreguntándonos continuamente qué podemos hacer para proporcionar algo distinto y mejor de lo que ya hemos ofrecido, podríamos decir que nuestro principal rival somos nosotros mismos y no nos permite relajarnos.
De ese proceso nacen los distintos modelos de Skybubbles, las distintas modalidades de baños, complementos, decoraciones e incluso la posibilidad de personalizar nuestras estancias de la mano de nuestro cliente, la co-creación la creatividad y la técnica unidas para adaptarnos e incluso adelantarnos a los estándares de calidad de los milennials y su percepción del lujo.